jueves, 1 de abril de 2021

Entrevista de trabajo con sorpresa

Si dieran un premio al mayor número de situaciones extrañas o absurdas que alguien ha podido vivir en un empleo/entrevista/proceso, no lo dudéis, me lo llevaría yo.

Fijaos que soy bastante joven aún, pero podría escribir un libro con cantidad de anécdotas que me han ocurrido, como el día que la persona que me contrató me aseguraba una y otra vez que las ruedas de prensa no eran para la prensa (yo era la única redactora, ojo al dato) o el mes que trabajé para un conocido protagonista del papel cuché, entre otros menesteres (por supuesto, esto siempre lo negaré y muy pocas personas lo saben), y que daría para unos cuantos titulares...

No sabría muy bien cuál de mis momentazos se lleva la primera posición, y eso que estaba bastante reñido con aquella secta de la que hablé hace tiempo. Pero voy a arrancar con mi última experiencia para, pasadas mis horas de enfado monumental, que alucinéis conmigo.


Os pongo en situación: aquí, doña Pringada, lleva muchísimos meses buscando trabajo, mientras no ha parado de estudiar como una condená. Y un día recibe LA LLAMADA. Bueno, en realidad fue un correo, lo cual hizo que saltara una pequeña alarma, pero... ¡Oh, God! ¡Por fin! ¡Una entrevista! No era el trabajo de mis sueños, ni el sueldazo de Nescafé, pero oye, ahora mismo cualquier ingreso es bienvenido. Es lo que tiene ser pobre como una rata y conformarse con, casi, cualquier cosa.

Pues muy dispuesta, una servidora se planta al día siguiente en el lugar indicado: una cafetería. A ver, sí, segunda alarma. Pero bueno, pregunto por esto y me comentan que acaban de trasladarse a Madrid (es una empresa de fuera) y están moviendo el tema de la oficina aquí y blablabla... Con mi historial, evidentemente, no me voy a fiar al 100% de nada, pero una es curiosa por naturaleza

Así que, tras hablar de todo lo relacionado con mi futuro puesto y algunos detalles, están encantados con mi perfil, quieren que me quede. Vamos, que podría empezar al día siguiente. RELAX, PLEASE. Y me sugieren ir a ver la oficina. Vale, acepto. Quiero saber el sitio en el que podría empezar a currar, como es lógico.

Aquí yo aviso a medio mundo, por si acaso. De hecho, acabo de recordar la frase que le dije a mi madre: "No sé si me estoy metiendo en otro jardín de los míos...". 

El caso es que todo va fantástico, mi entrevistador súper agradable y yo siendo lo más maja que puedo ser, dejando mi bordería innata a un lado para parecer profesional y darle la razón en que tengo un CV estupendo. Y, os lo juro, me fui hasta contenta en general.

Ahora viene lo gordo. 

Tras perder el día entero entre unas cosas y otras, me dicen que me llamarán de la oficina para comentarme todos los temas relacionados con el contrato y confirmar el horario y todas esas cosas. En este momento, yo ya me pongo la armadura y me preparo, ya que no es la primera vez que me la cuelan por la escuadra.

Así que recibo una llamada de EEUU. Sí. Real. Yo esperaba que tuvieran a alguien aquí establecido, como sería lógico si van a tener que hacer contratos y llevar cosas en este país y, por supuesto, se trata de la primera sorpresa.

La segunda viene cuando pregunto por mi horario, el cual me habían comentado que era por las tardes. No. No hay un horario como tal, que lo mismo un día tengo que ir un par de horas por la mañana, que luego al día siguiente entrar antes... Carraspeo y le digo que me confirme esto, porque vivo a una hora del puesto y tengo que considerar si, por ese salario, voy a estar disponible 24/7 (NO).

Tercera sorpresa. Esta es mi favorita. Se viene... Dentro de mis horas semanales, mi competencia es cuidar del hijo del jefe. ¿¿CÓMO?? Debí de dejar sorda a la pobre muchacha. Me explica que eso hemos hablado durante la entrevista. Otra negativa, por supuesto. Mi querido amigo me comentó que tenía un hijo, tras hablarle de mi primer viaje a Londres para trabajar como au pair; pero de ahí a que, en algún momento, me dijera que yo iba a cuidar de su vástago, hay un trecho bastante importante. Rey, si quieres también te hago la comida y te doy un masajito en los pies cuando llegues a casa.

Ahí no queda la cosa. Yo estaba entrando ya en combustión con otros detalles, aunque no dejaba de pensar mientras hablaba en: han visto mi foto en el perfil de Infojobs y han pensado que soy imbécil o algo. En este momento de alucinar en colores, ya me habla del contrato y me dicen que hay dos opciones: o la vía spanish, con su cotización en la Seguridad Social y esas cosas legales, o lo que aquí llamamos "en negro" (me hizo mucha gracia que me lo soltara con toda la tranquilidad del mundo). ¿Me estás diciendo en serio que pretendes hacerme un contrato desde Mordor y tenerme de ilegal? Efectivamente, me han tomado por estúpida. 

Y, por supuesto, después de todo esto, me preguntan que cuándo empiezo. A puntito estuve de llamar al SAMUR para que me pincharan un calmante. 

En ningún momento voy a empezar, corazón mío. Nunca. Un besi.


Lo más triste de todo esto es que, si no soy yo, otra persona desesperada llegará y tragará con lo que toque.


MORALEJA: O emprendo o no sé qué será lo siguiente que me voy a encontrar.


Si queréis más historias de las buenas, hacédmelo saber.😉

sábado, 2 de julio de 2016

No te quiere

A veces te toca ser un paño de lágrimas. Y molesta, no por limpiarlas, sino porque ya te olías la tostada hace tiempo. Y no puedes evitar decir un: "¡te lo dije!", mientras abrazas a tu pobre amiga desconsolada... Y piensas: "¿cómo no ha sido capaz de verlo?".

De seres sin sentimientos está el mundo lleno, tanto hombres, como mujeres. Y, en este caso, tras vivir semanas y semanas de constante vida de pseudo-psicóloga, y de "consejosvendoperoparamínotengo", intentando hacer todo lo posible por levantar el ánimo a una persona que sólo ve dolor a su alrededor, me apetecía desahogar todo lo que llevo dentro y aconsejar a futuras personas con el corazón roto. Sé que es algo inevitable. Sí, uno no puede evitar pegarse un tropezón en la vida. Pero, aunque sabemos muchas veces lo que está mal cuando lo vemos de lejos, nunca nos damos cuenta cuando lo tenemos en las narices. ¡Así de ciegos nos vuelve el amor!

  • No te quiere si tienes que mendigar tiempo para ver a esa persona. Nada de: "yo te doy el tiempo que puedo". Vamos a ver, querer es ESTAR DESEANDO para el tiempo con él/ella, no esperar a las migajas que le quedan, cuando no tiene un mejor plan que hacer o ha terminado de rascarse sus partes nobles en el sofá. Y querer es poder. Está claro que cada uno necesita su momento de desconexión. O, incluso, de hacer cosas que no puede por el trabajo o estudios. Pero una cosa es eso, y otra cosa es que no tenga ni 5 minutos en el día para ti. No es el único ser ocupado en el mundo y, si él no cambia algunos de sus planes por ti, tú tampoco.
  • No te quiere si desprecia con comentarios a tus seres más queridos. Y hablo, tanto de personas, como de animalitos (ellos son parte de tu familia). Eso de ir malmetiendo con tu familia y amigos es de las cosas más despreciables que se pueden hacer, porque ellos siempre van a estar ahí. Y si te equivocas, son parte de tu vida. Aconsejar en un momento dado, sí, criticar y descalificar, no.
  • No te quiere si no es capaz JAMÁS de pedir perdón. Una pareja, también, son discusiones. Pero dos no discuten si uno no quiere. Y si te equivocas, pides perdón. Hasta ahí todo claro, ¿verdad? Pues a veces parece que no. Hay personas muy "listillas" que, en lugar de pedir perdón, prefieren machacar a la otra persona para que ella siempre se sienta culpable de todo. Ellos son santos, nunca te faltan al respeto directamente, no gritan, no pierden los papeles. Y con esa serenidad, te hacen pensar que tú te has vuelto loc@ y estás cabread@ por algo que son imaginaciones tuyas. Empiezas a creerlo y, además, a sentirte fatal por algo que no tenías que haber dicho. ERROR. Son personas con un alto grado de manipulación. Hay que discutir, dentro de un límite, sólo así pueden resolverse las diferencias entre dos personas, pero no dejar caer todo el peso sobre el otro. Repito: dos no discuten si uno no quiere.
  • No te quiere cuando no conoce tus gustos. Si ni siquiera te has molestado en mirar más allá de la cama, no intentes hacer regalos, porque puedes quedar fatal. Parece una tontería y de ser un materialista, pero en esos detalles es donde ves si a la otra persona le importas realmente. Molestarte en encontrar, aunque sea la mayor tontería del mundo, algo perfecto, requiere muchas horas de escucharte.
  • No te quiere cuando no le apetece compartir cosas contigo. A lo mejor siempre ha estado solo, no ha tenido pareja, no sabe lo que es... Y está acostumbrado a hacer un viaje, un deporte o cualquier cosa de ese tipo sin compañía. Pero volvamos al primer punto y ahí tendréis la respuesta. O al anterior. Compartir gustos y aficiones, o por lo menos intentarlo, hace ilusión a ambos.
  • No te quiere si te miente. Y más si es con las cosas que más quieres. No hablo sólo de infidelidad, sino de asuntos importantes que, normalmente, salen a la luz cuando ya todo ha terminado. Y no te quiere si es capaz de mentir sobre ti. (Lo de "es que está loc@", ya está muy visto).
  • Y lo más importante: no te quiere si te lo dice en la cara, o no es capaz de decírtelo jamás. Por favor, seres del mundo: no continuéis con algo si sabéis que no va a ninguna parte, porque hacéis un daño innecesario. Y por otro lado: si te dice que no te quiere, no os fustiguéis. No es culpa vuestra. Las cosas terminan y punto, pero quizá, como en el caso que comentaba, os estén haciendo un favor y romper os haga más libres.
Desde aquí, no voy a desear que a tías o tíos como el de mi amiga se les caiga a cachos, o se queden llorando en un rincón porque todo el mundo les abandone. No. Sólo espero que os hagan sentir como hacéis sentir vosotros a los demás. Y que el karma sea sabio.

jueves, 9 de octubre de 2014

A ver "québola" nos meten...

Además de creadora de este blog, soy ciudadana de Alcorcón. Sí, entre todas las ciudades de España, nuestro querido municipio ha sido el protagonista, sin comerlo ni beberlo, de las informaciones nacionales e internacionales.

Teresa, una vecina más, se prestó al cuidado del infectado de ébola que trasladaron tras (no sé si mucho) pensarlo. Una repatriación que ha traído más cola, incluso, que las famosas tarjetas negras de Bankia (y mira que esto también tiene miga...). No sé de qué se sorprenden muchos, el ébola no es una simple gripe, es una enfermedad que está ahí desde los años 70 y que ha arrasado con el 90% de los infectados. ¿Y qué ocurre ahora? Pues que la pobre auxiliar se encuentra aislada en un hospital, al igual que su marido (aunque él no ha dado positivo), pero como hay que buscar culpables, pues se le echa todo el marrón encima a esta trabajadora.

¿Por qué vamos a buscar culpables en la Sanidad? ¿Para qué vamos a criticar la actitud de la ministra Mato que, incluso, volvió de vacaciones a la playa en medio de una crisis de tal magnitud? Es más, ¿cómo vamos a hablar del Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, cuando acusa a la infectada de haber mentido con los ya famosos 38,6º?

No es cuestión de si se ha tocado la cara con un guante, lo cual es dudoso cuando hablamos de una mujer que día a día trabaja con enfermos y que, probablemente, esté más que acostumbrada a usarlos. Teresa está confusa, está en una situación, seguramente, de pánico, malestar, horror, miedo y de no saber qué va a pasar con ella. 

No sé vosotros, pero yo después de leer la carta de este enfermero de La Paz, dudo mucho que toda la responsabilidad recaiga tan sólo en una persona... Pero siempre es más sencillo lavarse las manos que reconocer un cúmulo de factores que destapen que, seguramente, nadie estaba preparado para una situación de tal calibre.


Ayer en la concentración por Excalibur, frente a la casa de la familia

Y, cómo no, no puedo olvidarme de Excalibur, ese pobre perrito que ha pagado con su vida simplemente por estar ahí. Un ser vivo al que no se le ha dado el beneficio de la duda, que era mucho más fácil quitarse de en medio por las buenas sin, ni tan siquiera, hacerle una prueba para saber si era portador de ese virus. Les han dado igual las protestas, las concentraciones, la palabra de su propio dueño, la opinión de veterinarios para poder investigar una posible cura con sus anticuerpos (si es que estuviera enfermo)... Yo reconozco que he llorado por él y por la tristeza que me da pensar que resulta tan sencillo librarse de un animalillo "ante la duda". Me da por pensar que, porque el resto son personas y estaría mal visto, pero librarse de un ser por si acaso y quemar después su cadáver es lo más rápido y efectivo, no vaya a ser... ¡Ah no! Qué, para muchos, no pasa nada porque sólo es un perro...

Cada vez estoy más convencida de que la gestión de este país, en general, es un cachondeo. Nos roban, nos mienten, nos dejan sin trabajo y ahora no saben gestionar una enfermedad con la que está cundiendo el pánico entre los vecinos: la gente está realmente asustada porque no saben cómo pueden contagiarse. Pero, ¿para qué dar la cara? A ver "québola" nos meten mañana...

viernes, 25 de julio de 2014

Gente tóxica

Mil veces repito que me encantaría volver a ser una niña. Jugar, reír, que mi madre me lleve a la cama cuando me quedo dormida en el sofá... Pero, sobre todo, por no ser consciente de la crueldad de la gente. Creo que es algo innato en algunos seres humanos, una característica que van mamando desde su más tierna infancia y que, llegado el momento, utilizan contra aquellos que son más débiles que él.

Y es así como aparecen esos seres llamados "tóxicos" sobre los que mil veces se ha escrito y hablado. Y da igual que el resto del mundo te avise del peligro, ahí caerás como si te fuera la vida en ello...

Cuando escribo este post es porque los últimos acontecimientos alrededor de mi vida me han tocado la fibra (muchos me entenderéis, escribir es una forma de desahogo). Y es que cuando tocan a alguien cercano, rasgas tus vestiduras y no te paras a pensar: ¿en qué momento se me escapó? ¿Por qué ha estado tanto tiempo sin que yo me diera cuenta? ¿Por qué no dejo de sentirme culpable? 

Las personas tóxicas son aquellas que, poco a poco, van comiéndote el terreno, te engañan con sus juegos, te mantienen en un mundo aparte en el que no existe nada más y crees que eres feliz. Así, poquito a poquito, te enredan y, cuando quieres salir, tienes tan minada tu personalidad, que sientes miedo y parece que sólo hay oscuridad alrededor. No eres nadie sin esa persona, tu vida es una mentira enorme y te hacen sentir como la peor bazofia del universo. No os engañéis, este tipo de seres nos pueden alcanzar a cualquiera, sólo es cuestión de dejarte encantar con sus palabras si no somos ágiles.

Y ahora es cuando veo a esta persona tan cercana en ese momento, veo el miedo en sus ojos, me doy cuenta de la cantidad de veces que me ha mentido envuelta en esa toxicidad del individuo que le acompañaba. Ahí está la crueldad, en hacer sentirse al otro relegado a un segundo plano, a que no eres nadie. Y no sirven las palabras. No es fácil apartarle de la oscuridad en la que cree que vivirá. El silencio que ha mantenido, ahora es un grito ahogado que duele más que cualquier bofetada.

Sé que no es fácil tener un radar para sortear a estas personas de vuestro camino, pero hay que abrir los ojos y, sobre todo, comunicarse. El silencio es el peor aliado del mundo y, en la mayoría de los casos, sólo sirve para no dejar que te ayuden. Y, de verdad, pedir ayuda es fundamental.

Y después de soltar este rollo, parece que me quedo más a gusto. Sólo queda ponerse en marcha. 

sábado, 12 de abril de 2014

Mentes retrógradas

Resulta increíble escuchar a algunas personas decir, a estas alturas, que la culpa de nuestra situación la tienen los inmigrantes. Sí, ni la crisis, ni el Gobierno, ni el mismísimo Mariano Rajoy. Los inmigrantes. 

Os pongo en situación: dos mujeres de más de 50, opinando sobre nuestra Sanidad (sí, esa que nos recortan y quieren privatizar), comentan que es que la culpa la tienen los inmigrantes, que vienen aquí a que les atendamos gratis y que esto no puede ser. Es más, para ella los recortes son inexistentes, todo tiene su raíz en el pobre "sin papeles" que acude a Urgencias a que le atiendan... Y claro, si ellos no tienen trabajo... Pues mire, yo tampoco.

¿Y qué opinión les merecen aquellos que se juegan la vida en el mar para llegar hasta aquí y saltan una valla llena de cuchillas? Pues muy sencillo, que se creen que esto es un mundo de fantasía e ilusión y que aquí les vamos a pagar todo. Qué menuda cara tienen, que no podemos dejar el dinero de nuestro país en dárselo a ellos, que y luego qué hacen. Porque claro, luego se quedan para robarnos... Pero con trabajo sí, que ella no es racista. (¿Por qué siguen utilizándose las mismas excusas?)

Imagen del diario "El País"

El momento álgido de la charla, viene cuando la digo que muchos les contratan para pagarles menos y que, en muchos casos, se hace de forma ilegal. A lo que ella responde indignada que eso no es así, que ahora las mujeres inmigrantes que limpian en tu casa, quieren un contrato con su Seguridad Social, que son muy listas.¿Perdona? ¿Pedir un trabajo digno es tener la cara dura?

Mi cara es un auténtico poema, y la conversación comienza a ser más interesante en el momento en el que una de ellas dice que su hija se ha tenido que ir a trabajar a un país de la UE, y que allí la Sanidad no se la paga nadie, qué es muy injusto. Pobrecita que ella va a trabajar y se encuentra con que no vive como una reina... Vamos a ver, ¿tú hija, aunque no tenga que esconderse en la parte más recóndita de un coche como muchos, no es una inmigrante del país al que ha volado? ¿No se ha marchado dejando a toda su familia y amigos atrás, al igual que todos los que ves en una patera, por buscar un futuro mejor? ¿Tu hija no busca una oportunidad?

Es muy fácil ver la situación desde fuera, cuando a ti no te salpica y no tienes que hacer un esfuerzo sobrehumano para cambiar la situación de tus seres queridos. Ahora, que a tu alrededor la gente se esté marchando lejos por buscarse una vida como antaño, porque la historia parece que siempre se repite y, aún así, sigas mirando con ojos desconfiados y racistas a otros que vienen aquí buscando lo mismo, es para echarse a llorar. ¿En qué clase de mundo vivimos que no nos apiadamos de la gente más necesitada? ¿Es porque ellos no eran tus vecinos?

A esa señora la he dicho que requiere mucho más valor lo que hacen ellos, que cogerse un vuelo y plantarse en otro país de la mamá Europa, sabiendo que si las cosas van mal, podrá volver a su casa, en el caso de su hija. Y otros con menos suerte, se van con una mano delante y otra detrás, cruzando los dedos para que no sea un viaje hecho en vano. ¿No es lo mismo? ¿Cuál es la diferencia? ¿Esos si nos dan pena porque son de "los nuestros"?

Sólo pido que a estas alturas desaparezcan del todo esas trabas mentales. En la situación en la que estamos, muchos no tienen qué llevarse a la boca y su única esperanza es recorrer un montón de kilómetros y, lo poco que puedan ganar, enviárselo a su familia. ¿Acaso no haríamos todos lo mismo en su situación? Menos hipocresía, por favor. Espero que el día que pise tierras lejanas, nadie me mire con la misma aversión que he notado en sus palabras.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

No nos representan

Confieso que cuando empecé la carrera de Periodismo la política me parecía un auténtico aburrimiento: Congresos, discursos eternos en los que no se sacaba nada en claro y a los que terminaba por no prestar atención aunque lo intentara... ¿Y ahora? Pues en este momento me parece objeto de estudio sociológico: ¿Cómo nos corrompe el poder? Así podría titularse...


No hay que irse muy atrás para buscar ejemplos: Carlos Fabra, el hombre al que hay que pasarle nuestro décimo de lotería de Navidad para que a nosotros también nos toque porque la suerte SIEMPRE le acompaña (debería haber salido él este año y no Raphael o Bustamante), no quiere dimitir a pesar de estar condenado a 4 años de prisión. La imagen que todos queremos que represente nuestra Comunidad Autónoma, vamos. ¡Qué no se marcha! ¿Por qué dejar su puesto como cargo público si es corrupto sólo dentro de su casa?

Como este, podemos poner a otros en la palestra (aunque no sean condenados): Cospedal, la eterna cuestionada por los papeles de Bárcenas que, aunque el juez diga que huele a chamusquina, antes muerta que dejar su puesto. Cándido Méndez, que dice que ha pensado en su interior lo de dimitir. Gente sobre la que se cuestiona su transparencia, una palabra que a todos les encanta, pero que pocos hagan honor de ella. Podría estar poniendo nombres y cargos, pero esto se convertiría en el post de nunca acabar... 

¿Qué pasa con la política de este país? Lo voy a decir claramente: se ha convertido en un auténtico cachondeo. Hablamos de personas que, se supone, nos representan, pero no tienen absolutamente nada que ver con el resto de los ciudadanos. Se permiten el lujo de no dimitir, no vaya a ser que la gente les señale con el dedo. Cargos que hablan de nuestra economía utilizando palabras y términos con los que se les llena la boca, pero que sólo son verdades a medias: brotes verdes, vemos la luz al final del túnel, estamos saliendo de la crisis... Vayamos por partes y no cantéis victoria tan rápido, ¿de qué estáis hablando? Es cierto que los datos macroeconómicos son mejores, pero hay una cifra de paro que nos pone los pelos de punta. A la gente no le interesa la prima de riesgo aunque sea importante, es así, le interesa lo que pasa en su casa. Os enorgullecéis de las cifras de paro cuando descienden, pero no habláis de la cantidad de personas (vuestros queridos votantes por los que tanto os preocupáis) que se han marchado buscando un empleo que aquí es misión imposible encontrar. ¿Menos paro? Daros un paseo cualquier mañana por las oficinas del INEM, lo mismo veis la realidad. Por no hablar de que utilizáis los datos como os parece, contando desde el mes que mejor os viene...

Lo siento, pero no me representáis. Ninguno. No me representa una persona que, para llegar a su sueldo mensual, cualquier hijo de vecino que se tomó la molestia de dejar su papelito en las urnas tendría que trabajar durante todo un año. No me representa alguien que pide respeto a sus decisiones por estar en el Gobierno y ser el elegido, pero cuando se le pregunta, no es capaz de dar la cara y huye por los pasillos del Congreso o habla al otro lado de una pantalla para que no toquen temas espinosos. No me representa una persona a la que le molesta que la gente (no olvidéis que son los que os pagan vuestros cuantiosos sueldos) se manifieste. No me representa alguien que pide esfuerzos, mientras ellos sólo tienen facilidades. No me representa alguien que no sabe lo que es vivir con miedo a ser despedido, sin cobrar un sueldo vitalicio.

Esto es lo que tiene tener tiempo libre, que cada vez que enciendo la televisión o leo un periódico, aparece algo nuevo que me chirría en la cabeza. El paro les ha hecho más daño a ellos que a nosotros: no estamos ocupados y nos fijamos más en cada uno de sus movimientos. Es lo que tiene, tendrán que andarse con cuidado.

viernes, 25 de octubre de 2013

"El aullido de Alistair"


Alistair Blake era el típico muchacho tímido de la clase que siempre se había considerado un friki. Algo gordito y con gafas, a lo largo de su vida había sido la burla de sus compañeros, hasta que llegó a la pubertad. Entonces, su vida cambió; ya nadie se metía con él, se volvió más alto y delgado, y al parecer comenzó a gustar a las chicas. Todo había cambiado gracias a una transformación física y mental de la que ni siquiera podía imaginar hasta dónde llegaría... 
Una historia llena de emoción, romanticismo y misterio, donde un joven se ve inmerso en un mundo lleno de magia y fantasía en el que nada es lo que parece… ¿O sí…?

Muchos tenemos el mismo sueño: escribir un libro algún día, un relato, y con él llegar muy dentro a miles de personas. Pues bien, Arturo Ordaz lo ha logrado y nos ha enganchado a través de sus palabras plasmadas en El Aullido de Alistair, su primera novela.

El pasado viernes 18 tuve el honor de asistir a su presentación en Madrid y "Generación X" fue el escenario elegido. Allí nos recibieron él mismo y David Velasco, editor de "Mundos Épicos", la cual trabaja con autores noveles. 

EL AUTOR
"A mí lo que realmente me gusta es contar historias". Así se define el autor, que además de compaginar su pasión escribiendo, es Realizador de Audiovisuales y Espectáculos. Y quizá esto también tenga algo que ver con el resultado de su relato, ya que nos comentaba que la idea surgió de un sueño: "Soñé con el capítulo 11 del libro y me lo imaginé postproducido con música de Muse". Su deseo sería poder verlo en la pequeña o la gran pantalla, sin embargo, nos comentaba entre risas que le gustaría que otros se encargaran de ello.



LA NOVELA
Y os preguntaréis, ¿de qué trata El Aullido de Alistair? Pues como podréis imaginaros por su portada, es una mezcla de licántropos, misterio y fantasía; todo ello, aderezado con los sentimientos y vivencias de un joven que nunca ha sido muy apreciado por sus compañeros... Arturo nos comenta que los protagonistas están basados en personas reales (algo que suele ocurrir), aunque espera que muchos nos sintamos identificados con ellos, y hace hincapié en las aventuras del protagonista como persona, no sólo como hombre lobo.

Aquí os dejo el primer capítulo para que os enganchéis y os animéis a leerlo completo, ya que El Aullido de Alistair está a la venta desde el pasado 15 de octubre. En estos tiempos, muchos se animan a innovar y muchos nuevos talentos surgen... Espero que este joven nos inspire a seguir creando.